8M: un día de reflexión, de lucha y de encuentro

AMyF, desde el área de género, invita a que este 8 de marzo sea un día así, para todas y desde cada lugar que ocupan en el Poder Judicial.

08/03/2024 Escribe María Carolina Mauri (*)
dia de la mujer1

El día 8 de marzo, en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, es un día de reflexión, de lucha y de encuentro y celebración. 

Un día para reflexionar, primero, sobre los avances que las mujeres hemos obtenido durante los últimos años, tanto en la conquista de derechos, como en la posibilidad de su ejercicio efectivo -“más allá de los papeles”-, en post de la igualdad. Sobre el reconocimiento del derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia, como un derecho humano, vinculado directamente con el ejercicio de la ciudadanía. Sobre el derecho a acceder a la interrupción de un embarazo, fuera de la clandestinidad y sin poner en riesgo la vida. Sobre el derecho a poder elegir y desarrollar un plan de vida, sin que el Estado o terceras personas interfieran en él. 

Un día para recordar y reconocer que todas estas conquistas no son producto de la suerte, ni un regalo de nadie, ni un premio, sino que se las debemos a cientos, miles, de mujeres de todo el mundo, y de nuestro país; que han batallado incansablemente, cada una desde su lugar, para que sean posibles. Algunas conocidas, visibles, pero muchas –la gran mayoría– mujeres desconocidas, y muchas veces invisibilizadas. 

Pero también es un día para pensar en todo lo que nos falta, para alcanzar la igualdad, para poder ejercer de manera efectiva, y sin condicionamientos ni violencias, todos y cada uno de nuestros derechos, para poder ejercer nuestra ciudadanía de manera plena. 

Para que nos resuene fuerte que, pese a todas las políticas para prevención de las violencias, las reformas normativas y procesales, las hojas y hojas que se han escrito acerca de cómo prevenir, sancionar y erradicar la violencia por razones de género, y los observatorios y registros que se han creado, durante las últimas décadas; en nuestro país una mujer sigue siendo asesinada cada 36 horas. Seguimos contando mujeres muertas, y seguimos llenando registros, cada año, sin que las condiciones que propician estas muertes, se hayan modificado. 

Y esto no solo sucede en Argentina. Según datos de ONU Mujeres “en el año 2022, 48.800 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas u otros familiares en todo el mundo; esto significa que, por término medio, más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. 736 millones de mujeres –casi una de cada tres– han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual fuera de la pareja, o de ambas, al menos una vez en su vida (el 30% de las mujeres de 15 años o más)”1. 

El 8 de marzo es un día para recordar que sobre las mujeres siguen pesando, casi exclusivamente, las tareas de cuidado, y que esto impacta directamente en la desigualdad. Seguimos trabajando diariamente muchas más horas que los varones, y la brecha salarial se sigue abriendo; según datos de Naciones Unidas, las mujeres dedicamos aproximadamente tres veces más tiempo al trabajo de cuidados no remunerado que los hombres, pero el valor económico de esta labor no se contabiliza porque no se refleja en las estadísticas oficiales, como el producto interno bruto (PIB)2.

Para comprender que los ajustes que se realizan en materia de seguridad social, afectan principalmente a las mujeres, que para revertir la desigualdad de género se necesitan recursos financieros, y que hoy los gobiernos no están dispuestos a invertir en esto.

Por eso, es un día de lucha, para que, cada una, desde el lugar en el que estamos, y ocupamos, alcemos la voz, cuestionemos la falta de inversión para lograr la igualdad de género, que hoy es indispensable y prioritario, defendamos las conquistas, y exijamos los cambios que siguen siendo necesarios.

Y la lucha siempre es colectiva. Por eso, el 8 de marzo es también un día de encuentro y celebración. Porque es un día en el que, a través del medio que sea, de manera presencial, o en las redes sociales, las mujeres nos encontramos, dialogamos, cuestionamos, criticamos, marchamos, participamos en encuentros, gritamos, y escuchamos. Y celebramos y nos celebramos. Celebramos el poder movilizarnos, aportar soluciones, y reflexionar sobre qué y cómo podemos aportar para un mundo mejor, y menos hostil para nosotras.

Desde el área de género de la AMyF, las invitamos a que este sea un día así, a que desde cada lugar que ocupan en el Poder Judicial, se puedan encontrar, reflexionar, cuestionar, criticar el estado de cosas actual, en relación a las mujeres, y alzar la voz sobre cuánto hemos alcanzado, y sobre todo lo que nos falta todavía por alcanzar. 

1 https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures
2 https://www.unwomen.org/es/noticias/articulo-explicativo/2024/02/por-que-invertir-en-las-mujeres-es-una-cuestion-de-derechos-humanos


(*) María Carolina Mauri es Fiscal del caso de la I Circunscripción de la provincia de Neuquén. En la actualidad, se encuentra a cargo de la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Doméstica de la Fiscalía Especializada del Ministerio Público de la provincia de Neuquén.
Abogada (Universidad Nacional de Córdoba). Especialista en Constructivismo y Educación (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Capacitadora para la Reforma Procesal Penal en América Latina (Centro de Estudios de Justicia de las Américas). Estudia una maestría en Derecho y Argumentación Jurídica (Universidad Nacional de Córdoba), le queda pendiente la tesis. Posee una maestría en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal (Instituto de Estudio e Investigación Jurídica, Nicaragua).

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